En una entrevista a Oscar Kaltenbach para la revista Flash, publicada el martes 14 de junio de 1983, daban a conocer en Buenos Aires la noticia de la reapertura del Club Hotel Casino Sierra de la Ventana (ubicado en la localidad de Villa Ventana).

Rescato esta nota y la comparto completamente transcripta, no solo por lo interesante del anuncio que nunca llegaría a cumplirse, sino principalmente por la información fresca en aquel entonces en la memoria de Oscar, que nos brinda detalles únicos y quizás desconocidos para muchos, pasados ya 41 años de aquella entrevista.

REABRIRIAN EL HOTEL DE SIERRA DE LA VENTANA, QUE TUVO EL PRIMER CASINO Y FUE ALGO UNICO

En pleno corazón de Sierra de la Ventana hay un hotel, cuya infraestructura lo constituyó a principios de siglo en uno de los orgullos del país. Seguramente pocos conocen su historia. Comenzó como en los cuentos de hadas y siguió con un capítulo triste que duró varias décadas. Hoy, el futuro parece ser más promisorio. FLASH llegó hasta el lugar para conocer esta magnífica obra olvidada por el paso de los años y la voluntad de las autoridades.

Oscar Kaltenbach, nacido en la zona y gran conocedor del tema, nos brindó un amplio informe.

SU INAUGURACION

El hotel dice fue iniciativa del doctor Félix Moreno, un médico de la Capital Federal, que a principios de siglo quería hacer aquí un hospital de montaña para el tratamiento de enfermedades alérgicas. Trató de interesar en su plan a determinados capitalistas, entre ellos algunos ingleses que formaban parte del Ferrocarril del Sur de aquella época.

Sí, entre los ingleses estaban Claypole, Gowland, Passman, y entre las figuras del gobierno argentino que apoyaban la obra esta Manuel Laínez y Ernesto Tornquist.

Posiblemente las motivaciones del paisaje que encontraron los ingleses acá los decidieron a invertir en un centro turístico en lugar de up establecimiento para la salud. Fue así que en lugar de levantar al ansiado hospital que propuso Félix Moreno, se construyó uno de los hoteles más lujosos del mundo, donde venía a descansar la «crema» nacional e internacional del momento.

El 11 de noviembre de 1911 y desde ese día comenzó a trabajar el casino, que fue el primero del país.
Denos detalles de su construcción.

Fue construido con los primeros ladrillos de máquina que se hicieron en el país. Para todos sus pisos se empleó mármol de Carrara. El sótano tiene más de mil metros cuadrados. La planta baja del hotel tiene ocho mil metros cuadrados y aproximadamente siete mil metros cuadrados tiene la planta alta. El parque que lo rodeaba y que era también propiedad de los ingleses tenía 1130 hectáreas. Allí pueden aún verse las ruinas de la capilla que pertenecía al complejo.

El ex club hotel de la ventana

Había sesenta habitaciones con capacidad para 350 personas. Contaba además con suites de tres y cuatro ambientes con baño privado. Todos sus servicios eran de extra lujo. Por ejemplo, poseía una sala de cine propia, para películas de 35 milímetros, cuando esto era todavía una novedad en la Capital. Los estrenos se daban simultáneamente con los cines del centro. Tenía una orquesta estable y en el comedor se hacían recitales en forma periódica. No le faltaba su biblioteca, una sala con tres pianos de cola, otra totalmente revestida con espejos de cristal de arriba a abajo. Un salón para juegos y uno para el personal doméstico que acompañaba a los clientes. Poseía una inmensa piscina y canchas de polo y de tenis. Todo, le reitero, fue de gran calidad. La mantelería era de puro hilo, la vajilla de plata, cristal y porcelana. Ah, y también contaba con una bodega y cámara frigorífica.

Efectivamente, para la época fue toda una revolución. Tenía además un tren de trocha angosta que recorría veinte kilómetros entre la estación Sierra de la Ventana y este lugar. Era un servicio exclusivo del hotel. Los ingleses daban muestras de una visión turística extraordinaria. Desde Constitución vendían los «tours» y el pasajero que se trasladaba al hotel tenía ya desde allí su lugar y estada resueltos.

CIERRE Y DECADENCIA

El 9 de Julio de 1916, continúa Kaltenbach, cuando se festejó en el país el centenario de la Independencia Argentina, se hizo aquí una recepción de gala en la que participó el entonces presidente de la República, don Victorino de La Plaza, juntamente con el primer mandatario del Brasil y con el príncipe de Borbón. Esto fue pocos meses antes de cerrar.

Por una resolución del Gobierno nacional se clausuraron todos los casinos del país. La medida no les gustó a sus dueños porque lo consideraron un negocio poco rentable. Decidieron cerrarlo cuando faltaban pocos meses para que cumplieran seis años de edad.

Estuvo cerrado desde entonces hasta 1941. Durante todo ese lapso siguió perteneciendo a los ingleses y conservó todos sus bienes. En 1940 comenzaron las conversaciones para su venta y en 1942 lo adquiere el gobierno argentino. Sara Sanford que era una de las herederas del inmueble, viajó personalmente desde Londres para hacer entrega de la llave y del inventario. Según cuenta gente que presenció en aquel momento la entrega de los bienes a sus nuevos propietarios, no faltó absolutamente nada. Ni siquiera los vinos que permanecieron en la bodega durante esos veinticuatro años.

Lo mantuvo cerrado, pero en los dos años siguientes, fue totalmente devastado. En 1944 se hundió en aguas del Río de La Plata un acorazado alemán. Sus trescientos cincuenta tripulantes fueron transportados hasta aquí y custodiados por el ejército hasta terminar la guerra. Estuvieron hasta 1946, durante esos dos años los alemanes trabajaron activamente en parquizar y arreglar los daños que encontraron. Le puedo asegurar que los que robaron y depredaron la zona no fueron turistas sino «ladrones de guante blanco».

A partir de 1946 se hicieron varios proyectos pero ninguno se concretó. Mientras tanto se iban llevando hasta los pisos hechos con hexágonos de mármol, de Carrara. Hace poco el gobierno lo vendió a manos privadas. La transacción se hizo con una cláusula que no permite utilizarlo bajo ningún aspecto que no sea el turístico debiendo asimismo conservarse la fisonomía externa del edificio. Fíjese que en este momento se está reestructurando todo lo interno menos la fachada.

Una de las cláusulas dice que debe prestar los mismos servicios que tenía al momento de su cierre. Ello implica, según lo interpretan sus actuales propietarios, que volverá a abrirse el casino. Además, ya hicieron contactos con el ferrocarril para extender una línea hasta acá.

Sobran los motivos para declararlo así. Le aseguro que en su momento fue el mejor hotel de Sudamérica y uno de los más lujosos del mundo. Así, por lo menos lo revelan las notas y comentarios periodísticos.

Sergio Marto

Sergio Marto
Director del Portal de Turismo y Cultura
info@sierrasdelaventana.com.ar
www.sierrasdelaventana.com.ar

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