Al cumplirse 40 años del rescate de un contingente de niños extraviados 2 días en pleno invierno y bajo intensas nevadas en el Cerro Ventana, que movilizó hasta helicópteros de la Armada, y que tuvo al pendiente a casi todo el país por la inusitada difusión que tuvieron los hechos a través de la prensa nacional, hoy recuperamos en esta nota especial de Sierrasdelaventana.com.ar los hechos vividos y los recuerdos en audio de uno de los protagonistas del rescate.

Fue un miércoles 15 de julio de 1981 que un contingente de 40 niños/as (entre 6 y 8 años) y 5 guías de la Asociación Cristiana de Jóvenes, provenientes de Capital Federal y que estaban alojados en Ymcapolis (Sierra de la Ventana), iniciaron a las 10 de la mañana el ascenso al Cerro Ventana en condiciones meteorológicas desfavorables.

Por aquel entonces, Orlando Lesano (vecino de Villa Arcadia) tenía un colectivo con el cual hizo el traslado de los chicos, y recuerda que les advirtió a los guías que había nubes bajas y que no era recomendable ascender en esas condiciones. Orlando nos cuenta algunos de sus recuerdos en el siguiente audio:

Durante el ascenso, en uno de los descansos, una parte del grupo desistió de continuar y resolvieron descender en compañía de uno de los guías, mientras los restantes 25 chicos continuaron adelante y sin comida, en compañía del profesor jefe del grupo y los restantes muy jóvenes guías.

Y así fue que cuando iniciaron el descenso desde la Ventana, fueron sorprendidos por una niebla de nubes bajas que les cerró por completo la visibilidad, y les hizo perder por completo el rumbo. Desorientados, descendieron en la dirección opuesta, hacia la parte de atrás del cerro, y al no dar con el camino que habían previamente transitado, decidieron resguardarse en una cueva, y pasar allí la noche.

Siendo las 18 horas de ese mismo día, y al no haber retornado aún el grupo al pie del cerro, se alertó a los Bomberos Voluntarios de Sierra de la Ventana, quienes asistieron con dos dotaciones, y se iniciaron los operativos de búsqueda y rescate, del que luego se sumaría la participaron también personal de los cuarteles de Saavedra, Pigué, Coronel Príngles, Tornquist y Coronel Suárez, además de unidades aéreas de la Base Naval Comandante Espora, personal de Prefectura de Zona Norte y del Comando del V Cuerpo de Ejército, personal policial local, vecinos y vaquéanos.

Esa misma noche, los bomberos comenzaron a ascender en numerosas patrullas por el frente del cerro, y entrada la madrugada por la ladera oeste donde se encuentra la Garganta del Diablo hacia el Paso de los Guanacos que une a los faldeos traseros (cara norte).

Luego de varias horas de búsqueda sin éxito, bajo una intensa nevada en la cumbre de un cerro que alcanza los 1136 metros de altura, terminó forzando a los grupos de bomberos a resguardarse del viento y el frio en una cueva, para luego cerca de 4 de la madrugada replegarse y posponer la búsqueda.

Mientras tanto, el grupo de niños pasa la noche dándose calor con un fogón que les duro solo un par de horas con los pocos arbustos leñosos que lograron encontrar, e incluso según cuentan, hasta quemaron sus propios guantes para poder mantenerlo un poco más de tiempo. También se recuerda que un perro llamado “Pechi” los acompaño en el ascenso, y durante la noche los más pequeños se lo pasaban para abrazarlo y que les dieron un poco de calor.

A la mañana siguiente y bajo una lluvia helada, una situación que hacía temer lo peor, ya había alcanzado a la opinión pública de todo el país, y congrego a numerosos medios de comunicación nacional al pie del cerro, a los que luego se le sumarian las familias de los chicos que habían viajado desde capital.


Fue entonces que decidieron incorporar a la búsqueda aérea con los helicópteros Alouette de la Armada, al oficial Oscar Vázquez del Cuerpo de Bomberos de Sierra de la Ventana, en consideración de su amplio conocimiento de la zona.

helicópteros Alouette de la Armada en Sierra de la Ventana

En cuanto el techo de nubes se disipo lo suficiente, Vázquez los oriento inicialmente con sobrevuelos en la parte alta del cerro, luego descendieron a la quebrada de la Garganta Olvidada, y desde allí siguieron hacia la ladera que da a Villa Serrana La Gruta. Luego retornaron al sector de la Ventana y descendieron hacia la quebrada que se encuentra entre el Cerro Ventana y el Cerro de la Volanta, y que deriva en el entonces Coto de Caza del Parque (actual Reserva Natural).

Fue allí en esa quebrada de la ladera norte del Cerro Ventana donde a las 10:30 horas (del segundo día), en medio de una tormenta de nieve que por momentos se volvía intensa, uno de los helicópteros daba con el grupo, que había pasado una dramática noche, sin alimentos ni abrigo, expuestos a condiciones limites en una cueva como refugio.

Aquí es donde entra nuevamente en escena de esta historia, uno de los grandes protagonistas de ella. “Pechi”, el fiel perrito que los había acompañado en toda esta aventura, y dado abrigo durante toda la noche a los niños, fue quien primero escucho el ruido del helicóptero y salió rápidamente a su encuentro, siendo él a quien primero divisaron desde el aire, para dar luego con todo el grupo.

Dada a conocer la noticia del hallazgo y su localización a los organizadores de la búsqueda, inmediatamente se trasladaron los bomberos, ambulancias, y vehículos de la policía, hacia el sector del Coto de Caza del Parque, en donde se estableció un campamento base y desde allí se iniciaron las tareas de rescate.

Mientras tanto, una patrulla de avanzada de los bomberos y liderada por el Oficial Segundo Jorge Haag, que se encontraba ya en zona, fue la primera en alcanzar al grupo, y asistirlos con abrigos y chocolate caliente. Los niños se encontraban entumecidos y acalambrados por el frio, pero todos con vida.

Fue entonces necesario hacer el traslado de algunos niños que no estaban en condiciones de poder caminar, hasta un lugar donde los helicópteros pudieran descender en la ruta, y luego en ambulancias trasladarlos directamente al Hospital de Tornquist.

Aquí es donde Héctor Girou (2° Jefe de Bomberos de Sierra de la Ventana) junto a un vaqueano de la Estancia Palo Alto, comenzaron a trasladarlos a caballo (foto de portada de esta nota). Mientras, otros camaradas bomberos de a pie, los trasladaban sobre sus hombros.

En el siguiente audio en entrevista a Héctor Girou, nos narra los hechos desde su perspectiva:

La tarea de los helicópteros concluyó pasado el medio día, en medio de una intensa nevada, donde se culmino con el traslado de la totalidad del grupo al Hospital, para que se les realicen los chequeos preventivos de rigor.

Para finalizar el relato de esta odisea con final feliz, es más que meritorio destacar la heroica tarea que cumplió el personal de los 4 cuarteles de Bomberos Voluntarios, por sobre las limitaciones físicas y los desafiantes riesgos para sus propias vidas en esas condiciones climáticas, en la desesperada búsqueda y rescate de estos niños/as.

Seguramente en esta nota faltan nombres y relatos particulares de muchos de ellos, por lo que invito a quienes lean esta nota y hayan sido participes de estos hechos, a dejarlos aquí en los comentarios, como parte del acervo histórico de nuestra Comarca.

Crónica de Julio Peralta y su perrito Pechi

Mi perrito Pechi fue uno de los protagonistas de ese rescate. Ya que siendo las 16 hs siguió al contingente de niños al cerro. Pasando una hora me encontré con el flaco Lezama, el colectivero de sierra y estaba preocupado porque no bajaban. Entonces decidí subir para ver si los veía, mientras el colectivero llamaba a policía, bomberos etc. Le dije a mi señora que prendiera todas las luces del campamento base porque ya era muy baja la niebla y llovizna, comencé a subir ya que tenía y tengo buena experiencia en el terreno y conocimiento como baqueano del lugar. Ya más arriba comenzó a nevar y se dificultaba el acceso lo cual pude llegar al hueco de la ventana con gritos y llamados que nadie me contestaba, y decidí tomar el regreso sin señales.

Ya llegando a un lugar que llamamos la planicie, me encuentro con un grupo de bomberos de sierra de la ventana y les dije que de este lado de enfrente no estaban, así que estaban del otro lado del cerro. Recuerdo entre los bomberos Molina, Sidari, Paulino Esmoli, Hugo el carnicero, Jorge Caballero, etc. Eran las 23 hs cuando llegue al campamento. Creo que eran más o menos las 24,30 hs, el entonces secretario de gobierno Domingo Bilbao me comenta que no alcanzaban los baqueanos para tantos rescatistas que habían llegado de afuera y tuve que guiarlos a subir a un grupo de Pringles por la garganta del diablo zona oeste del cerro. Subiendo toda la noche sin encontrarlos, nos amanecimos en el cerro hasta las 10,30 hs un helicóptero los vio cuando salían de una cueva con mi perrito Pechi.